
Experto explica qué es la Comunicación no violenta (CNV) y cómo ponerla en práctica en el día a día con acciones sencillas
¿Alguna vez has sentido que las palabras que alguien dijo duelen más que algún tipo de agresión? Decir esto no es una exageración. Un mensaje enviado sin pensar o una frase dicha durante una discusión pueden causar tanto daño como una bofetada. En otras palabras, la violencia puede expresarse verbalmente y no sólo físicamente.
Y es de este entendimiento que surge el concepto de Comunicación no violenta. Creado por el psicólogo estadounidense Marshall Rosenberg, CNV, acrónimo con el que también se le conoce, es un enfoque que ayuda a construir relaciones más saludables a través de una comunicación auténtica y empática.
“Comunicar de manera violenta no siempre es algo tan explícito o relacionado con el uso de malas palabras, insultos o gritos. La violencia puede esconderse en las cosas más sutiles que se expresan automáticamente. La CNV actúa de manera práctica, en la raíz de los conflictos, ya sea en el ámbito empresarial o en las relaciones personales”, explica Jessica Rodrigues, comunicadora y especialista en Comunicación no violenta, gestión de conflictos, empatía y facilitación del diálogo.
¿Cómo puede la Comunicación no violenta contribuir a mis relaciones?
La Comunicación no violenta se puede utilizar para mejorar las relaciones en diferentes ámbitos, desde el profesional, al personal, por ejemplo, mantener conversaciones difíciles, dar y recibir comentarios o dialogar la relación con la pareja.
El objetivo del acercamiento es que cada persona comunique de forma clara y asertiva lo que piensa, pero siempre teniendo en cuenta cómo llega al otro. CNV también cambia la lógica del comportamiento y ayuda a salir del “modo de ataque y defensa”, animando a ambas partes a encontrar soluciones duraderas en las que todos ganen.
“Suelo decir que utilizar la Comunicación no violenta es como aprender un nuevo idioma; después de todo, hemos sido condicionados a creer que no podemos abandonar una discusión sin ganar. En otras palabras, es una especie de competencia, en la que uno gana y el otro pierde. Por eso vivimos en diálogos que terminan siendo tóxicos para nosotros y para las personas con las que convivimos”, comenta Jessica, quien también imparte cursos y capacitaciones para empresas sobre el tema y produce contenidos en redes sociales a través de su Instagram @jessicarodrigues.
Las 4 etapas de la Comunicación no violenta
El especialista explica que antes de practicar la CNV a diario es importante entender sus 4 etapas. Son ellas:
Observación: es analizar situaciones sin juicios, creencias ni prejuicios. Evitar palabras que provoquen generalizaciones como ‘siempre’, ‘nunca’ o ‘jamas’. Este es el momento de entender lo que está pasando y poder describirlo.
Sentimiento: nombrar los sentimientos es un desafío muy grande. La mayoría de las veces culpamos a los demás de lo que sentimos, quitándonos nuestra responsabilidad. También es muy común limitar nuestro vocabulario a ‘estoy bien’ y ‘estoy mal’. En esta etapa es necesario comprender lo que realmente estamos sintiendo.
Necesidad: comprender qué motiva nuestras acciones es otro paso sumamente importante, al fin y al cabo, detrás de cualquier acción hay una necesidad que ha sido cubierta o no. Por eso, en esta tercera etapa, miraremos hacia nuestro interior y comprenderemos qué necesidad está conectada con nuestro sentimiento.
Petición: llegamos a la última etapa, que es aprender a formular peticiones, siendo lo suficientemente claras para que la otra persona las entienda.
Poniendo en práctica la CNV
Jessica nos da algunos consejos para poner en práctica la CNV. Enumeró cinco actitudes que pueden salvar tus relaciones y llevarte de una postura reactiva a un lugar de mayor empatía y conexión.
1 – Intenta no disminuir el dolor de la otra persona, aunque te resulte difícil de entender e incluso tonto
Si alguien dice “Estoy nervioso por la presentación de hoy” y tú respondes “Oh, pero no necesitas estar nervioso”, esa es una forma de no validar los sentimientos de otras personas. Lo más probable es que su consejo no tranquilice a la persona ni le cree un espacio para que se sienta cómoda compartiendo más sobre sus sentimientos.
2 – Reemplazar las certezas por una curiosidad genuina por comprender a los demás
Si tu pareja te dice que necesitas ponerte a dieta, si tu jefe no te incluye en las decisiones importantes, si tu madre critica tu forma de criar a los hijos, probablemente pensarás que están actuando con mala intención. Cuando no conocemos las intenciones de otras personas, asumimos que son las peores. En otras palabras, si estoy herido es porque la otra persona quería hacerme daño. El peligro de este pensamiento automático es que nos hace juzgar el carácter de otras personas en función de cómo nos impactó una determinada actitud, sin recordar que eso no define exactamente quién es la persona.
3 – Sé claro contigo mismo y con los demás
Independientemente de cualquier cosa, sé siempre claro contigo mismo, alinea tus propias expectativas para poder comunicar a los demás lo que es importante para ti. Es decir, sin juegos, entre líneas, ni ese famoso “Ah, pero no hace falta que lo digas, la persona ya lo sabe”. La persona no tiene la obligación de adivinar, sólo usted puede saber lo que está pasando por su cabeza.
4 – Concéntrate en validar tus sentimientos, incluso los más incómodos
No intentes, por ejemplo, no sentir enojo, celos o frustración, el enojo es un sentimiento natural, si solo te concentras en tratar de alejarlo, no identificarás lo que está tratando de decir. Recuerda que detrás de cada comportamiento hay una necesidad que intenta ser satisfecha. Por eso es tan importante poner nombre a nuestros sentimientos e investigar qué lecciones nos están mostrando, incluso en las situaciones más difíciles.
5 – En una conversación difícil, intenta no centrarte sólo en una solución
¡Desármate antes de la conversación! Puede ser que la solución que creas mejor sea diferente a las otras posibles soluciones para ese conflicto. Por eso es tan importante pasar de una postura reactiva a una postura colaborativa, de esta manera aumentan las posibilidades y caminos para superar ese conflicto.
Te puede interesar leer:
¿Cómo solucionar las peleas de pareja y Transformar sus desacuerdos en Amor?